Detrás de una charla superficial, como la vestimenta, se esconde un mundo. El mundo que los personajes de “La ropa” se atreven a develar: un misterio, una tercera persona en común y las supuestas rivalidades que también atraviesan a las mujeres.
Con esos elementos, las actrices Luna Milena Córdoba y Daniela Perrinello Rizzi dan vida a Angela Fabiana Wiebber y a Nina Fredes, respectivamente. Las dos chicas se encuentran accidentalmente en el patio de una casa donde se realiza la fiesta de la que son invitadas. Lejos de lugares comunes, “La ropa” plantea otra mirada en torno a los vínculos entre mujeres.
Bajo dirección de Gisela Cerro, “La ropa” tiene dramaturgia de la autora bonaerense Andrea Garrote y volverá a escena este martes a las 21 en el escenario de El Club del Teatro (Rivadavia 3422). Luego tiene prevista varias funciones en temporada.
“Los temas que tenemos en común las mujeres son personales, como la ropa o la comida, los hombres hablan de fútbol aún sin conocerse, nosotras hablamos de cosas más profundas aún cuando queremos hablar de trivialidades”, observó Perrinello Rizzi, sobre el disparador de la historia.
El trío que forman directora y actrices es el mismo que dio vida a la obra “La moribunda“, una historia con pluma de Alejandro Urdampilleta que planteaba otros temas pero que, sin embargo, logró convertir al equipo de trabajo en amigas.
“Queríamos hacer algo juntas”, dijo la actriz, en una entrevista con LA CAPITAL, y recordó la buena experiencia que supuso aquella obra que también tenía dirección de Cerro.
Es que las artistas compartieron algo más que el escenario. Fueron madres casi en simultáneo, se acompañaron en el proceso del embarazo, en el de la primera maternidad y, luego, en los caminos intrincados que abre la experiencia de dar hijos e hijas al mundo. “Somos muy compañeras. Cuando nuestros niños tuvieron un año nos dieron ganas de habitar un texto” teatral, relató Perrinello.
La maternidad las hizo reflexionar sobre el poder de los vínculos y de los procesos internos que se abren y que “abarcan a la familia, a las separaciones, a las parejas, a las amistades”. Incluso los ensayos adquirieron un matiz más contenedor, porque podían entender si alguna llevaba a su pequeño o si necesitaban una charla personal más que repasar los parlamentos de la obra.
Para Perrinello, el entusiasmo y la amistad previos se observan en el escenario. La química que adquiere con su compañera favorece la actuación y potencia la historia.
“La obra esconde un misterio, el título no te orienta hacia donde va, son dos mujeres que se enuentran en el patio de una fiesta y empiezan a charlar y mientras lo hacen empiezan a ver que tienen en común cosas mucho más profundas que la ropa”, anticipó sin querer adelantar el meollo de la situación.
En verano, “La ropa” podrá verse el 7 de enero y el 17 de febrero en El Club del Teatro y el 25 de enero en El Triciclo (Ayacucho 4287).