Hay una realidad material: el Gobierno nacional necesita hacer caja cuanto antes. Y una realidad ideológica: el ataque a la ciencia. Ambas se conjugaron en la decisión de concesionar Tecnópolis, el faro de la difusión científico-tecnológica de nuestro país.
El predio de Villa Martelli (partido de Vicente López) que tiene más de 50 hectáreas, frente a la General Paz, pasará a manos de un privado por 25 años, por un canon mensual inicial de 611 millones de pesos.
La decisión anunciada por el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, se concretó esta semana a través de la Resolución 98/2025 de la Agencia de Administración de Bienes del Estado (AABE) que lleva la firma de Nicolás Alberto Pakgojz, extitular de la AABE, que el miércoles pasado asumió como legislador de La Libertad Avanza en la Legislatura porteña. Es decir, salió la resolución cuando él ya figuraba como ex presidente de la AABE.
Pakgojz llegó a la presidencia de la AABE tras ocupar una función en el gobierno porteño y un cargo ejecutivo en IRSA, la empresa constructora de Eduardo Elsztain, aliado del gobierno de Javier Milei. Tuvieron viajes juntos, fue beneficiado con leyes a medida e incluso lo alojó en el Hotel Libertador durante la campaña y sus primeros días de mandato, sin nunca conocerse las condiciones de esa estadía.
La resolución que entrega Tecnópolis
La Resolución 98/2025 convoca al Concurso Público de Etapa Múltiple Nacional para el uso y explotación comercial del predio, con destino específico al desarrollo de actividades recreativas, de esparcimiento, ocio y recreación. En carácter complementario podrán sumar propuestas deportivas no competitivas, acciones culturales, y demás actividades conexas.
Desde la llegada de Milei al gobierno (algo similar a lo sucedido con el macrismo) el emblemático parque gratuito de educación, ciencia, juegos y espectáculos creado por Cristina Fernández de Kirchner fue cerrado y se alquiló para eventos privados, por ejemplo el de Flavio Mendoza, afín a las ideas del presidente. Nunca dieron a conocer las cifras de esos alquileres.
Foto: Pedro Pérez
Tecnópolis solo reabrió un par de semanas en las vacaciones de invierno de este año, pero con horario reducido y muy pocas zonas transitables. Y sin mantenimiento. Ahora ya definitivamente será privado.
El concurso de concesión contempla una duración de 300 meses (25 años), con posibilidad de una prórroga única de 12 meses. El procedimiento licitatorio será llevado adelante por la AABE, y se realizará de forma electrónica a través de COMPR.AR.
El futuro concesionario privado deberá tomar posesión del predio el 1 de julio de 2026, eso sí: respetando los acuerdos público-privados de programación ya comprometidos para el año en curso. De aquel Tecnópolis público, destinado a promover la ciencia en chicos y grandes, ya nada más queda.
Foto: Pedro Pérez
Lo que Tecnópolis fue
«Nunca más será una carga para los bolsillos de los argentinos. Fin”, aseguró el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, en su cuenta de X. Según las autoridades, Tecnópolis “presentaba una situación histórica de gastos extraordinarios, baja utilización y deterioro generalizado“. Deterioro motivado o generado por el propio Gobierno, que ve en el lugar un gasto y no una inversión para la formación y el incentivo por la ciencia y los desarrollos nacionales con entrada gratuita. Ahora será privado.
Tecnópolis fue inaugurado en el 2011, durante la presidencia de Cristina Kirchner. En más de una década tuvo 22 millones de visitantes. Entre ellos, cerca de 2.610.000 alumnos de escuelas de todo el país.
Zamba, los dinosaurios, la pista de skate, el sector de YPF, el simulador de avión de la entrada, fueron algunos de sus íconos. Y nada se aclaró sobre qué destino tendrán estos elementos valuados en millones de pesos. El parque de dinosaurios, por ejemplo, era de vanguardia nacional. Allí también se realizaban los concursos Innovar, que premiaban los mejores desarrollos tecnológicos del país.
Reunió más de 90 espacios fijos a cargo de 65 organismos públicos diferentes, desde la Comisión Espacial con su réplica del lanzador Tronador II hasta Seguridad Vial con un circuito callejero para aprender las señales. Deportes, Cultura, Ciencia, Educación, todo se juntaba en un mismo predio que desbordaba de espectadores, sobre todo en vacaciones de invierno.
Por temporada se hacían más de 190 espectáculos y 212 talleres para las infancias; 65 obras teatrales, 50 talleres y obras de danza y 115 conversatorios, muestras y clases; 650 talleres de expresiones urbanas y deportes como skate, patín, BMX, breaking, parkour, acrobacia, circo, tenis de mesa, básquet, fútbol-tenis, escalada de palestra; tuvo 9 escenarios, auditorios y espacios con programación permanente: el Escenario Juana Azurduy, el Microestadio, la Nave de la Ciencia, el Patio Federal, el Laboratorio de Artes Electrónicas, la Plaza de las Infancias, el Domo Danza y el Domo Viaje a las Estrellas, el Auditorio Ferial y La casa del Coloso, entre otros.
«Desde su inauguración en 2011, Tecnópolis se consolidó como un espacio de aprendizajes y descubrimientos, un despertador de vocaciones para niñas y niños que supo mostrar y transmitir el orgullo por todo lo que somos capaces de hacer como argentinos», remarcaron las autoridades de ciencia del gobierno anterior.
En 2022 el lema fue «Argentina soberana. Creando futuros». En ese momento, la entonces directora de Tecnópolis, María Rosenfeldt, aseguró: «Vamos a poder ser soberanos cuando conozcamos nuestro pasado, pero también con una mirada nueva donde la soberanía ambiental, espacial, marítima, territorial, alimentaria y de los cuerpos también estén presentes». Hoy la realidad argentina es otra. Lejos de la soberanía, lejos de la ciencia, lejos de lo público.
Foto: Pedro Pérez