Por Paola Galano
“Dispuesto a disfrutar de mi obra pasada y de mi presente también”. Así se definió Miguel Mateos, a horas de presentarse en Mar del Plata para repasar “Rockas Vivas”, un disco que cumple cuarenta años desde su aparición, hecho que sucedió en 1985.
El músico, creador de Zas y compositor de inumerables éxitos, rendirá un homenaje a su propia obra este 12 y 13 de julio en el Teatro Radio City (San Luis 1750). Ya viene de hacerlo en el Movistar Arena, con un show con entradas agotadas.
Clásicos como “Perdiendo el control”, “Va por vos, para vos”, “Tirá para arriba” y “Un poco de satisfacción”, entre muchos otros, son parte de ese disco, que fue el resultado de una grabación en vivo a partir de varios recitales que Zas dio ese año en el Teatro Coliseo de Buenos Aires.
“Es un disco de una vigencia arrolladora, no solo por el contenido, musicalmente y como propuesta en general. Por eso me monto en esta travesía. Lo veo, inclusive, hasta como un disparador hacia adelante”, observó Mateos, en una charla con LA CAPITAL.
“Presento un show donde las canciones fueron hechas estando de pie, estando acostado, estando borracho, estando a dieta, sangrando, sudando, eso es lo que quiero humildemente expresar”
Más allá del disco, Mateos desandará todo su período musical que va de 1981 a 1985. “Hago una suerte de retrospectiva, hay canciones que no formaron parte del disco y que van a estar formando parte del show”, agregó. “Encuentro en esas canciones contenidos perdidos, pero de una expresividad y de una emocionalidad absolutamente infrecuentes“, indicó el artista.

En el Movistar Arena, Mateos se presentó la semana pasada con entradas agotadas.
-¿Encontraste la razón de la vigencia de ese disco?
-Yo creo que es porque no hay más canciones. El concepto de canción, el concepto de álbum, el concepto de contenido está totalmente desfigurado, porque está defigurado el concepto de la música. Se hacen canciones de un solo tono, monotemáticas, sin melodía, sin armonía, sin ningún tipo de… en general, no hablo en particular. Hablo justamente de su vigencia, la vigencia de esas canciones es porque están hechas con sangre, sudor y lágrimas. Pareciera que de repente, toda esta música que se escucha (hoy), está hecha con Inteligencia Artificial y creo que esa es la razón fundamental. Es algo orgánico y eso tiene que ver todavía en la respuesta de la gente.
-¿Decís que hay una potencia humana que no se aprecia en otras músicas?
-Claro, no digo que las de otro intérprete urbano no lo sean, pero me refiero a la estructura de la canción, cómo contar una historia y que tenga una melodía, no una cosa repetitiva y medio kármica o con conceptos que son misóginos por un lado y por el otro lado que no los contradicen… creo eh. Es la conjunción de una buena armonía, con una buena melodía, con un contenido que fluya y que sean palabras que tengan que ver con un resorte de la realidad que uno está viviendo. El misterio y la fuerza de las canciones a través del tiempo es inmutable y es inexplicable también, justamente es un enigma.
-¿Te parece que se terminaron las buenas canciones?
-Por ahora sí, yo no he escuchado, hace años que no escucho una buena canción. Estoy escuchando música de los ’60, ´70 y ’80. Esa es mi playlist.
Miguel Mateos.
-Cuándo salió “Rockas Vivas” hacía muy poco que habíamos recuperado la democracia. ¿Cómo recordás esos momentos?
-Obviamente representó una retórica, una forma contestaria en contra de la dictadura y en contra de todo ese período, obviamente el “Tirá para arriba” en un período posterior significará el ’83 con la reivindicación de los valores, la vuelta a la democracia y todo eso. Así que sí, efectivamente eso es lo más interesante de la retrospectiva. Pero aún así saco algunas joyas de los discos que tienen otra visión, son canciones perdidas que no formaron parte de “Rockas Vivas” por diferentes razones, pero que forman parte de los tres primeros discos y que tienen un contenido muy particular, muy especial. No había solo una cuestión contestataria, hay cosas que también tienen una gran algarabía y una gran alegría. He escrito cosas con ambos tenores a lo largo de mi carrera, no solo contestatarias.
-Dijiste que “Rockas Vivas” supone un disparador hacia adelante, ¿te insta a seguir componiendo a partir de ahí?
-Hablo de la revisión de mi propia obra, de darme cuenta de revisionar determinadas cosas a partir de que mi hijo venga con una aplicación de Inteligencia Artificial, a la que le pedís hacer un rock rápido, o mediano, con una letra que hable sobre mi mamá y en castellano y al minuto y medio tenés una canción ¿pero cómo puede ser? Yo le decía a mi hijo que es ridículo. Yo presento un show donde las canciones fueron hechas estando de pie, estando acostado, estando borracho, estando a dieta, sangrando, sudando, o sea, me parece que eso es lo que quiero humildemente expresar. Y no digo que ningún otro lo esté haciendo, pero no hay vuelta que darle, las canciones quedan por alguna razón, tienen una marca por alguna razón, porque están hechas orgánicamente. La música que se escucha ahora no se si va a representar realmente a alguien, la verdad que no lo sé.