Francia en llamas contra el nuevo ajuste de Macron


Las furiosas protestas contra el ajuste del gobierno de Emmanuel Macron, en Francia, lograron que el nuevo primer ministro, Sébastie Lecornu, iniciara una ronda de consultas con los principales partidos políticos a raíz de “las demandas presentadas por los representantes sindicales y compartidas por los manifestantes en las marchas”. Los principales sindicatos de Francia habían convocado a una huelga nacional y protestas masivas contra el proyecto de presupuesto de 2026 del gobierno.

“Tras la convocatoria de los sindicatos a una manifestación este jueves, 18 de septiembre, deseo reafirmar mi compromiso de continuar el diálogo con todos los interlocutores sociales. Me reuniré de nuevo con los sindicatos en los próximos días”, anunció el jefe de gobierno francés, el día de la mayor manifestación. Lecornu tiene sobre sus espaldas el fracaso de su antecesor, François Bayrou, quien debió salir eyectado de su puesto tras proponer recortes presupuestarios por un aproximado de 44.000 millones de euros.

Sindicatos de múltiples sectores exigen al gobierno un mayor gasto en los servicios públicos, más impuestos a los ricos y la anulación de una reforma estatal de pensiones ampliamente rechazada. En protesta por ese proyecto, los principales gremios convocaron en todo el país unas 250 concentraciones. En principio el gobierno estimaba que las cifras de asistencia podían acercarse incluso al millón de personas, lo que provocó que se organizara un masivo despliegue de seguridad con al menos 80.000 policías y gendarmes, drones, blindados y cañones de agua. En el punto más álgido, las fuerzas de seguridad de Francia detuvieron a más de 300 personas por disturbios registrados.

El ministro del Interior en funciones, Bruno Retailleau, confirmó en una rueda de prensa que durante la jornada habían sido detenidas 309 personas en todo el país, de las cuales 134 se encontraban bajo custodia. Además, 26 miembros de las fuerzas de seguridad habían resultado heridos.

El titular de la cartera ministerial le bajó el precio a la convocatoria y cifró en “poco más de 500.000” los participantes a las manifestaciones, pero criticó la presencia de “7300 individuos radicalizados, peligrosos”, que, sin embargo, agregó que fueron “contrarrestados” y sus acciones “sistemáticamente desbloqueadas”.

Retailleau había advertido en los últimos días de potenciales disturbios y responsabilizó de antemano a “grupúsculos de ultraizquierda”. El pasado día 10, Francia ya vivió una jornada de bloqueos y protestas contra el gobierno que sólo en París movilizó al menos a 200.000 personas y dejó altercados como el incendio de un restaurante en pleno centro de la capital.

La inestabilidad generada por los ajustes puede llevar a una caída definitiva del gobierno de Macron, según la visión de analistas, ya que el presidente es quien concentra toda la atención frente a las decisiones de su gabinete. Con una situación económica compleja, atravesando una crisis de deuda y con mucha gente que llega a fin de mes con dificultades, a lo que se suma una baja en la calidad de los servicios públicos y la amenaza de recortar beneficios sociales, según prevé el presupuesto que se intenta aprobar, se va generando el caldo de cultivo para un cimbronazo institucional. Para colmo, el aumento del presupuesto militar en 150.000 millones de euros resulta incomprensible para la población francesa, ya que carece de coherencia en comparación con el discurso del ajuste.



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