Por Paola Galano
“Lo que empezó en un cuarto y me hace recorrer la esfera…”, canta Acru en la bella “Angel”, una canción sobre su abuela en la que también refiere al amor natural, a lo más grande y a la muerte que es transformación. Emana en su música cierta frescura y una búsqueda existencial que lo diferencia de otras propuestas musicales vinculadas al rap.
El artista oriundo de Tucumán, nacido como Agustín Cruz, llegará esta noche a Mar del Plata para repasar sus tres discos, El origen, Anonimato y El don, y las últimas canciones que se pueden visitar en las plataformas musicales. El show será en el escenario de Vorterix Club (Diagonal Pueyrredon entre Bolívar y Colón).
A pesar de las giras y del éxito, Acru no deja de “ir a las fuentes”, contó en una entrevista con LA CAPITAL. “Más allá de que gran parte de mi realidad sea estar en un estudio y en una sala de ensayo -contó-, soy un nerd y un amante del rap y de la improvisación y siempre estoy mirando pibes, pibas nuevas, que rapean increíble. Aprender lo más actual del truco es ir a la fuente y hay muchos pibes y pibas muy talentosos, así que es un gusto escucharlos y ver también cómo luchan”.
-Toda tu música está atravesada por la presencia de lo espiritual. ¿Por qué?
-Sí, aparecen distintos capítulos en mi música, la fe, la espiritualidad, la introspección, las preguntas con respecto a las creencias y la energía. Desde que soy chico estuve un poco conflictuado con la religión. Tengo distintos familiares de distintas religiones y muchos me han dicho esta es la religión verdadera. Y de repente empecé a sentir que quizás todas esas religiones compartían ciertos principios como el amor, la unión, el perdón, la evolución, el entendimiento, la empatía. Y dije, bueno, quizás esto es un principio de mi verdad. Si cada uno tiene su verdad y hay tantas pluralidades y ramas, quizás yo tenga que tomar lo mejor de cada una de esas y ver qué hago. Después creo que he materializado muchas cosas mediante la ley de atracción, el trabajo intencionado. Ahí un poco empezó a aparecer mi idea de la fe, de que hay algo mayor que escucha, que hay algo donde se puede pedir, que hay algo donde se puede dar las gracias, que hay algo por devolver. Un poco eso ha caminado conmigo a lo largo de los años y en alguna que otra canción lo hemos podido hacer parte, palabra, frase o figura.
“Soy un nerd y un amante del rap y de la improvisación y siempre estoy mirando pibes, pibas nuevas, que rapean increíble”
-En una de tus canciones cantás “Si Dios existe es un freestyler”.
-Sí. Tiene que ver con la lucha. Cuántos jóvenes, chicos, chicas luchan, persiguen sus sueños, caminan las plazas, los barrios, viajan, se desvelan por poder mantener su expresión orgánica, por lo más puro de la palabra y que al instante tenga un impacto, genere algo, construyen, crean mundos, los desarman. Creo que hay algo de Dios también haciendo eso. No sé bien cómo estará vestido o qué cuerpo tendrá (Dios), pero creo que hay algo de eso, de crear y hacer florecer cosas de un instante al otro, que me parece el poder de un Dios.
-¿Cómo llevas tú este mensaje al show?
-Con la palabra, con la música. Creo que la gente que viene a nuestro show escucha, disfruta, se encuentra con muchos capítulos. No es solo un testimonio de la fe, como si fuese un rapero evangelista o un rapero de alguna religión particular presentando material. No, se encuentran un montón de testimonios y la mejor forma de compartir esos testimonios es tocar en vivo, proponer musicalidad y que la gente pueda escuchar las palabras que dicen las canciones para cantarlas, para descubrirlas, para hacerlas propias o simplemente dejarlas pasar.
“Es un momento difícil para los artistas como lo es para el trabajador”
-Tenés una mirada sensible respecto de las clases populares, ¿cómo ves la actualidad?
-Creo que hoy día estamos en un momento hostil, donde hay poca empatía, donde hay mucha libertad en la discursiva mediante el dolor, una constante desacreditación a la falta de respeto. Pero bueno, también creo que hay mucha gente trabajadora, activa, promoviendo que las cosas mejoren y que se pueda seguir desarrollando todo. Es un momento difícil para los artistas como lo es para el trabajador, como lo es para un montón de áreas donde impacta el daño a la cultura y a lo público. Es imposible que no cale en los barrios y que no cale en los decires de las personas que caminan por ahí también.
-El rap es popular, es imposible que lo social no se meta en las canciones.
-Sí, hoy en día creo que tenemos un sentido de pertenencia muy propio. Hay muchos exponentes nacionales con distintos sonidos, con una gran ejecución en vivo. Creo que hoy en día una abuela de cierta edad, o un niño o una piba de una escuela primaria sabe el nombre de algún rapero argentino. Eso es increíble. Hace años eso no pasaba, solo los conocían los que estaban adentro de ese mundo, los que estaban yendo a los lugares donde esa música sonaba, o donde pasaban las cosas. Hoy en día ya en todos lados se puede hablar de figuras argentinas y muchos de ellos reflejan los barrios o su propia lucha o tienen discursivas que cuentan lo importante de jugársela, lo importante de seguir intentando, de apostar. Es lindo.
-Justamente, ahora que el rap es mainstream, ¿cómo hacés para mantener la rebeldía?
-Cuido la esencia, si hay algo que ya vino conmigo y que es por lo que caminé, seguir tomándolo en el tiempo, no que sea una baldosa que pisó un antiguo yo, como hay un principio que te acompaña y es tomar lo mejor de ese camino y ver lo que te va quedando. La forma de trabajar que yo tengo con la música es similar a una persona que va todos los días a su trabajo, sea su oficina, sea una panadería, sea una cocina, yo estoy todo el tiempo buscando en las ideas, en el estudio, escribiendo, buscando una nueva rítmica, buscando palabras nuevas, buscando formas y esa disciplina hace que pueda tener el hambre encauzado y a su vez también sigo teniendo ojo y empatía y pudiendo ver artistas que viven una realidad extraterrestre, consagratoria, muy privilegiada, como artistas que están tocando en lugares emergentes, tratando de que pase algo con su música, como artistas que solo tienen su hobby y lo comparten con amigos cuando no están y todo eso son artistas que dicen, que tienen un estilo, una propuesta y que por el mundo en el que me muevo, que es mixto, variado, puedo acceder a todas esas formas y disfrutarla y ser testigo y sacar lo mejor de cada uno de esos mundos para llevarlo al mío que es un poco la intención de todo esto.
-Tu último disco se llama “El don”, ¿cuál es tu don?
-Creo honestamente que la sensibilidad es lo más virtuoso que tengo. Hay gente que rapea increíble, hay gente que canta increíble, hay gente que baila increíble, hay músicos que tocan instrumentos de la puta madre. Un poco mi instinto en la expresión siempre ha sido mi sensibilidad con las palabras, con qué sílabas poner en cuestión, qué buscar, qué suene, qué no decir, tratar de buscar el alma en los beats y bueno, para todo eso se necesita una brújula sensible y creo que la sensibilidad es lo que es gran parte del poder artístico que puede tener mi propuesta y trato de cuidarla y de creer y también a su vez decir “bueno, no solo con sensibilidad se puede, hay que seguir buscando, ampliarse, ganar herramientas”. Vamos por eso, la verdad. Estamos ahí trabajando para que sea cada vez más glorioso lo que componga la fórmula de la creación.